Que extraño sentir el viento y no sentir nada
devolver suspiros al aire y lagrimas al mar
Que confusos los sueños con rostros extraños
camino dormido, sintiendo el suelo palpitar
Que extraño sentir el viento y sentir tu ausencia
golpear campanas de adobe y paredes de cristal
dejando las uñas en el suelo como testigos inhertes
de que cuando el alma deja al cuerpo, nadie sabe a donde va
Dirìa que tu ausencia canta notas puntiagudas a mi oido
cercado entre el sueño oscuro de un cuerpo abatido
que se levanta en su atmosfera de piel y làgrimas
cercado entre el ardor ramas duras y hojas amargas
Y como feroz bestia tratè de acobardar a la muerte
que asecha mi alma con los ecos de tus pasos desvanecidos
con el dominio quemado por el inseparable silencio
que por obedecencia extingue mi cuerpo angustiosamente
cuando busca sin econtrar tu cuerpo bendecido
Que mas da recordar gotas tambaleantes y difusas
bajo el congelado techo de cristal
si es ahora que a la ventana se asoman sin garganta
las violetas de mis manos, palidas y difuntas
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